martes, 10 de julio de 2012

Competencias para el estudio a distancia y virtual

La noción de competencia es hoy lugar común donde se hace consistir una educación de calidad. "Competencia" se relaciona con habilidades, destrezas, actitudes; incluso, debido la urgencia de resultados productivos, las competencias se plantean en términos de inversión, como objetivos prioritarios para constituir perfiles que se tienen que alcanzar a corto plazo.


Sin embargo, las competencias ni son ni habilidades, ni destrezas, menos objetivos. Más bien son las condiciones para que las habilidades, las destrezas, sean posibles. Tienen que ver con disposiciones que posibilitan aprender con sentido. Debido a esta dimensión los animales adquieren habilidades, destrezas, actitudes...; pero no competencias...

continuar leyendo: http://www.javeriana.edu.co/cua/apel/competencia.html

APRENDIZAJE AUTONOMO

Sitio destinado al apoyo del aprendizaje autónomo de maestros, tutores y estudiantes de educación presencial, educación abierta y para los que han hecho del aprendizaje continuo una estética de la vida.
@Apel está constituído por tres proyectos:
  • Heterotopías: Andaduras educativas a través de los espacios abiertos por la distancia.
  • Trashumando: Un relato digital de la investigación formativa.
  • Lectuario: La lectura como ejercicio estético

LA EDUCACION A DISTANCIA

http://www.javeriana.edu.co/cua/apel/Ambiente%20Digital%20y%20Espacios%20Sagitales.pdf
La distancia es la prevención con la cual la educación presencial ha recibido a la educación abierta en estos veinte años. La distancia es el desencadene de un ritual de estrategias que buscan exorcizar sus efectos nocivos en la educación abierta. Sospecho, entonces, que la distancia ha sido percibida por una y otra modalidad con mirada geográfica (o geométrica), sospecho también que esta mirada no sólo ha impedido emprender el cometido actual del la educación a distancia, sino también comprender el compromiso histórico de la educación presencial y de toda educación. En efecto, tanto la educación a distancia como la presencial ven la distancia como el espacio potencial del malentendido, frente a este espacio, entonces queda el recursos de la estrategias evasivas. Lograr la identidad de criterios, pareceres y procedimientos es el propósito de evitar el malentendido y la identidad es un de los rezagos al que nos tiene sometidos el mito de retorno y del cual aún no logramos desprendernos. (Extractado del Artículo)

Para continuar leyendo: 
http://www.javeriana.edu.co/cua/apel/Ambiente%20Digital%20y%20Espacios%20Sagitales.pdf

jueves, 15 de septiembre de 2011

LA EVALUACION: AMBITO DE LA SUBJETIVIDAD Y DE LA EXPERIENCIA







Aquí los sujetos no son posicionados como objetos silenciosos, sino como sujetos parlantes; no como objetos examinados, sino como sujeto confesantes; no en relación a una verdad sobre sí mismos que les es impuesta desde afuera, sino en relación a una verdad sobre sí mismo que ellos mismo deben contribuir activamente a producir”
Jorge Larrosa

Plantear a los estudiantes como sujetos de educación nos lleva a mirar lo que hacen, lo que dicen y producen; es decir, dar valor a la actividad y las relaciones pedagógicas:

  • Actividad de los estudiantes con sus compañeros
  • Actividad de los estudiante en los espacios de aprendizaje
  • Actividad del estudiante en la  tutoría

Evaluar es dar  valor a la comunicación, a la actividad, a la producción.

“El crecimiento en madurez e independencia, necesario para el crecimiento en libertad, depende de la participación activa más que de una recepción puramente pasiva. El camino hacia está participación activa incluye estudio personal, oportunidad para el descubrimiento y creatividad personal, oportunidades para el descubrimiento y la creatividad personal y una actitud de reflexión” (Características de la educación de la Compañía de Jesús No.45)


·         Paradigma experiencia – reflexión – acción (Pedagogía ignaciana, un planteamiento práctico 1993)

“El maestro creará las condiciones y las oportunidades para el estudiante pueda llevar a cabo una continua interrelación  de experiencia – reflexión – acción” (27). Este paradigma proporciona a través de múltiples caminos respuestas muy adecuadas a los problemas educativos a los que nos enfrentar y posee la capacidad intrínseca de avanzar más allá de lo meramente teórico (30).

Plantea el Paradigma ignaciano (31) que si se introduce  la reflexión como dinámica cambia el modelo primitivo de comunicación donde la información se transmitía y el conocimiento se trasladaba de profesor a alumno; a cambio el profesor pedía al estudiante al acción de demostrar que había asimilado lo que se le había comunicado (31)

Por tanto:
• Se  propone una sesión inicial, donde se buscará la actividad – reflexión, la identificación de la intencionalidad formativa, los problemas relevantes de la asignatura.
• A cambio de una comunicación esporádica (telefónica o email) profesor – estudiante, se propondrá un acompañamiento permanente que permita “la interacción del alumno con la experiencia” que produce su asignatura: experiencia de sentido, experiencia de formación, (31). Este acompañamiento permanente se hará a través del blogs.
• A cambio del examen final participará en un trabajo colectivo, de producción, de acción - reflexión.
Entonces tendremos acción, interacción, reflexión.

  • Evaluación como aplicación de los sentidos

La aplicación de los sentidos” es llamada en la Pedagogía ignaciana EXPERIENCIA (42), hacer gustar las cosas conociendo hecho, conceptos y principios. Con la experiencia entra no sólo el entendimiento, sino también la imaginación y la afectividad.  

A la reflexión sobre la experiencia producida en los espacios académicos va dirigida la evaluación.

LA TUTORÌA DE INSTRUMENTO A INGENIERIA DEL TEJIDO



Penélope,
teje y re teje.
Empeñada en su labor
repite obsesiva
un derecho, un revés,
un derecho, un revés...
Penélope
recontrateje.
El tejido aumenta,
repta y se pierde
bajo sus pies.
Es un ejército de fibras
en busca de la victoria.
¡Troya, Troya, Troya!

María Guillermina Sánchez Magariños


La hoja de naranjo  levantada por el Taita, indicando un tablero verduzco  que no palidece en vano;  sentimiento de estar juntos, vinculados por la misma tierra; sentirse otros una vez que la reunión termina; presentir que la reunión no termina porque seguimos juntos: es la virtualidad del encuentro, es el encuentro de la virtualidad. Por que a partir de la inter-rogaciòn nada es lo mismo, se ha producido la virtualización del estar juntos.

Por eso, la tutoría no es el momento para la explicación del modulo, como si tutoría y módulo estuvieran separados. La tutoría es integrante del módulo, es el articulador intersubjetivo del módulo. La tutoría es la pregunta de cómo producir hospitalidad. La Tutoria es la ingenierìa del tejido, de una relaciòn, la relaciòn pedagogica.




Yo dicté cátedra durante veinte años en la Facultad de Filosofía y Letras.  Lo menos importante eran las fechas y los nombres propios, pero logré enseñarles el amor de algunos autores y de algunos libros.

Porque si uno habla de un autor, debe ser para revelarlo a otro. Es decir, lo que hace un profesor es buscar amigos para los estudiantes. El hecho de que sean contemporáneos, de que hayan muerto hace siglo, de que pertenezcan a tal o cual región, es lo de menos. Lo importante es revelar la belleza y sólo se puede revelar belleza que uno ha sentido.


Jorge Luis Borges.

El otro fraterno no está en primer término en la paz de lo que se llama intersubjetividad, sino en el trabajo y en peligro de la inter-rogación ; no está en primer término en la paz de la respuesta, en la que dos afirmaciones se casan, sino que es invocado en medio de la noche, por el trabajo de ahondamiento propio de la interrogación.
Derrida








VIRTUALIZAR ES SUPERAR LA ESTÁTICA DEL MÓDULO

.

Tenemos un defecto: nos falta originalidad. Casi todo lo que decimos hacer está inspirado –digamos francamente, copiado- de modelos célebres. Si alguna novedad aportamos es siempre inevitable: los anacronismos o las sorpresas, los escándalos. Mi tío mayor dice que somos como copias en papel carbónico, idénticas al original salvo que otro color, otro papel, otra finalidad. Mi  hermana la tercera se compara con el ruiseñor mecánico de Ardensen; su romanticismo llega a la náusea.

Cortázar


Decir “módulo” en educación es hacer referencia a un texto impreso, a menos en lo que se refiere a su práctica. El módulo ha sido un recurso que ha aportado seguridad al ejercicio docente. El estudiante también sabía con qué contenidos contar; el módulo lo ha puesto en contacto con autores, escuelas y tendencias de una manera sinóptica, ágil y segura para atender su objeto de estudio.  Al fin y al cabo, poner en contacto, a los estudiantes con libros  y hacer a los autores amigos de los estudiantes, es el gran objetivo de la enseñanza, en el decir de Borges.

Es injusto acusarlo sin más, por  su inoperancia,  por su desactualización paulatina, por la carencia de flexibilidad y la dificultad para actualizar sus contenidos; en efecto, su desprestigio ha caminado de la mano a su implementación. Cuanto más se utiliza, tanto le acusa.

Debido a la novedad de los temas, el módulo precisa de una guía; algunas veces termina siendo tan ilegible como el módulo; en efecto, se trataría de explicar un texto impreso con otro texto impreso. Mientras que la guía explicaría asuntos procedimentales, el módulo requeriría una inducción por los conceptos y los problemas; esta actividad no siempre se hace.

Por estas deficiencias   no se puede desconocer los contactos que ha logrado producir. Se trata de pasar de una mirada estática de módulo a una mirada dinámica de  módulo.

VIRTUALIZAR; HACIA UNA DINAMICA DEL MÓDULO:





La dinámica del módulo la vamos a plantear en términos de virtualización. La virtualización es una transformación, pero una transformación a la inversa: la virtualización no es para hacer cosas, es para retomar a las cosas que nos hacen. Caminar hacia la virtualización no es andar, es desandar, es una vuelta  a las fuentes, para crearnos de nuevo. La virtualización se resuelve actualizando las condiciones del estar juntos. Y estas condiciones del estar juntos, es el módulo. Virtualizar el modulo es invertir el módulo; invertir el modulo, es retornar a las condiciones de una relación. No va ni contra los espacios, ni contra los tiempos, reinventa los espacios y reinventa los tiempos.

Por eso el modulo no es sinónimo de texto impreso que se entrega al estudiante con una guía de apoyo.  Se trataría, entonces, de una dinámica,  de un juego de fuerzas, en retornar los contenidos  hacia unos interrogantes; se trataría, también,  de un acontecimiento de estar juntos y de una ingeniería del tejido social, en este caso del tejido educativo. El módulo, la virtualización del módulo, se refreiría a unas condiciones de actualidad para que el encuentro se transforme, ¿nos transforme?. Condiciones en términos de presiones, condiciones en términos de intenciones, condiciones en términos de problemas.

Sería un  módulo como tejido, como vasos comunicantes, hilos conductores, cambiantes, intercambiables, provisionales, dependientes; un módulo  constituido por momentos, aspectos, recursos, intenciones, producciones.

El módulo como dinámica, además de su preocupación temática, convoca a una responsabilidad ética: qué -supone – estar - juntos. Este cuidado de los otros no lo resuelve el texto estático, sino la dinámica de la  interacción, cuando entran en juego las fuerzas. Aquí el concepto de “inteligencia colectiva” se resitúa en el ámbito de lo ético y en el juego de fuerzas, en la búsqueda política en la que el espacio cibernético no sea el ágora de la élite. Es un espacio académico, donde nadie llega con ventaja, sino con la posibilidad de nacer de nuevo.  Es el reclamo del Canto General:





Sube a nacer conmigo hermano
dame la mano desde la profunda zona
de tu dolor diseminado
no volverás, del fondo de las rocas
no volverás, del tiempo subterráneo
no volverá tu voz endurecida
no volverás tus ojos taladrados
Pablo Neruda



No sales de un espacio académico de la misma manera, porque has subido a nacer de nuevo. El módulo como dinámica, reclama una relación  como ingeniería del tejido. Hasta ahora hemos visto yuxtapuesto tutoría y módulo; ahora no podemos comprender el módulo sin una ingeniería del tejido producido por la tutoría.

Virtualizar no es la elaboración de una plantilla para hacer una plataforma, no es la fórmula para una aula electrónica,  no es la receta para un texto… son las condiciones para la que la realidad se dé; se dé en el orden que se quiera, en la prioridad que se elija, con los contenidos que se propongan… son momentos, dimensiones que se conectan, se afectan, se condicionan, se nutren…

Las condiciones del tejido son múltiples: ¿Qué nos convoca?  ¿Cuáles son nuestros espacios? ¿Cuál es la interrogación que nos  hospeda? ¿Qué hay de nuevo? Entonces, se teje el módulo  en la medida en que se deja derivar el acontecimiento y  pregunta por las condiciones de estar juntos:


·         Momentos de la intencionalidad formativa: ¿Qué nos convoca?  Todo proceso educativo explicita una dirección, o señala un horizonte.: ¿cómo se vincula la asignatura, el seminario, el área con la intencionalidad formativa del programa, con los propósitos del Programa? ¿Qué aporta para la comprensión de la práctica pedagógica? Sin embargo la intencionalidad no es la educación y sólo en la medida en que desaparezca a lo largo del proceso, el espacio es formativo. La intencionalidad tiene que ser intervenida por el acontecimiento, por lo que nos acaece. De lo contrario, la intencionalidad sería la acción de un sujeto (individual o colectivo) sobre otro sujeto. Un práctica de colonización por vía de buenas intenciones.
·         Momentos de conexión: cuando vemos a alguien que no recordamos bien decimos: ¿Dónde lo he visto? ¿dónde nos conocimos? Ese dónde hace referencia a nuestra condición –incluso ética- de “habitar” y de darme un nombre.  es la pregunta por el espacio que habitamos, dónde nos encontramos, cómo nos posesionamos de él, como lo hacemos propio. Qué  no nos resulta ajeno (ajeno el salón, ajeno los libros, ajena el e-Aula) Todo proceso educativo entra en contacto con la materialidad del aprendizaje: esta materialidad tienen que ver con el encuentro con conceptos, ideas- fuerza, problemas, rutas conceptuales; también con regiones, saberes, modos de vida, rituales de encuentro, relatos..
·         Momentos de interacción. ¿Cuál es la interrogación que nos  hospeda? : el aprendizaje lo produce el encuentro de los mundos de los estudiantes, de los maestros; estos encuentros no se hacen sin discusión, sin descripción de puntos de vista, argumentación y relatos de experiencias. Se trata, entonces, de consolidar el trabajo colaborativo, el encuentro de pares y el trabajo con el tutor.  La interacción es la pregunta que interviene la intención formativa, la cuestiona, por lo que está pasando ahora; frente a lo que nos dicen (el modulo, el autor, el profesor), está lo que me sucede.
·         Momentos de producción. ¿Qué hay de nuevo? ningún proceso termina reproduciendo mecánicamente las intencionalidades iniciales,  ni la enseñanza es la responsable de todo lo que acontece de nuevo; se trata de percatarse de la novedad, de las  cuestiones producidas. Es importante aquí cultivar la escritura en los estudiantes y en esta su capacidad de argumentación y análisis; de narra de nuevo la historia que nos toca. Hacernos consciente en què medida las prácticas se han renovado.


Los llamamos “momentos” y no elementos para destacar el tejido que se construye constantemente de modo que cada momento no es absolutamente aislado sino que se articulan unos con otros y se afectan en la dinámica del moduló.