miércoles, 14 de septiembre de 2011

La Transformación virtual de Programas Universitarios: Algunas Generalidades







La transformación virtual del  currículo plantearía  la acción pedagogíca, como acción interactiva en busca de producir algo distinto (real) interrogando los modos como se ha hecho educacion, pedagogía y curriculo en las condiciones actuales. El curriculo no sería la acción de sujetos sobre otros sujetos (lo cual reproduciría la educación bancaria ahora por medio de  espacios virtuales), sino que el el curriculo sería la interactividad de sujetos y su acción sobre el mundo, mundo de la educación, mundo social, mundo cultural. Aunque lo virtual es entendido comúnmente como simulación, proponemos que se entienda, en particular, como creación de condiciones  para la producción de aquello real que aún no aparece. Por tanto, no estaríamos reproduciendo la educación que ya está ahi; sino produciendo las condiciones de la educación que todavía no viene; produciendo las condiciones de una edcuacióno aún está "afuera". 

De esta manera, virtualizar significa desarrollar campos de problemas que, una vez han sido abordados, se convierten en nuevos campos para nuevas problematizaciones. Con Michel Serres, Lévy ilustra el tema de lo virtual como un salir “fuera de ahí”, como capacidad de movilización, de buscar nuevos territorios del pensar y de la significación, de desterritorialización de las propias prácticas de sí; es la creación de realidad, no simulación de la realidad. Así, el currículo para el Instituto entra en la reinvención de las interacciones pedagógicas y de los lugares educativos.

Aunque los discursos sobre el currículo plantean la flexibilidad, la desreglamentación de los procesos en la práctica los hace rígidos e inapelables. En términos de virtualización curriculo camina en la introducción de los problemas, el señalamiento de nuevos territorios. Es por esto que, aunque exista una serie de actividades y de instrumentos, el currículo no se reducirá a ellos. En efecto, será posible echar mano de modos diferentes, que permitan la circulación de saberes: módulos, casetes, videos, páginas web; y también posibilitará actividades como tutorías, trabajo en equipos con pares, encuentros presenciales, encuentros virtuales; pero cada uno de ellos se seleccionará, administrará y desarrollará según las intencionalidades formativas que persigan los equipos de trabajo o los grupos de maestros. El currículo es menos que una suma de elementos y más un conjunto de vectores, en tanto virtualidad, de creación de realidad pedagógica.

En currículos interactivos aprender no significa “replicar” modelos, explicaciones, puntos de vista, pues esto le daría enfoques psicologistas al aprendizaje. Aprender significa, mejor, la capacidad del hallazgo propio, la construcción de sentido, el desarrollo de nuevos espacios de subjetivación, que, muchas veces, se ubican más allá de los dispositivos de enseñanza y de los propósitos buscados en las programaciones académicas.
Tutoría
En este contexto queremos darle un giro al concepto de tutoría que se ha manejado hasta ahora: sin menoscabar la importancia en la comprensión de las diferentes disciplinas, la tutoría es el espacio de la construcción de proyectos culturales. Estos proyectos son posibles si cada maestro conoce a los estudiantes en sus intereses, estilos cognitivos y recursos disponibles, en los contextos culturales en que se desenvuelve sus prácticas pedagógicas.
La forma de producir soportes pedagógicos depende de la modalidad abierta de equipos de trabajo, maestros, diseñadores, programadores, que buscan constituir saberes en inteligencias colectivas. Cuando hablamos de “inteligencias colectiva” no sólo nos estamos refiriendo a lo cognitivo: se trata de un trabajo estratégico de producción de saber, “trabajar con buena inteligencia”. Se requiere, entonces, de competencias éticas, estéticas sociales para reinventar el lugar social del saber en el espacio. La modalidad abierta exige altas dosis de trabajo en equipo, capacidad de acuerdos, colaboración junto con la identificación de las responsabilidades individuales, apropiación de funciones, sentido de pertenencia.


El Modulo:
 
En las transformaciones virtuales el "modulo" no sería sinónimo de texto impreso  que se entrega al estudiante con una guía adjunta.  “Módulo”, sería, mejor, una dinámica, que conectaría varios momentos de formación. El módulo establecería unas condiciones que nos permite aprender a través de unas intencionalidades, de unas temáticas propuestas, de unos espacios de encuentros y de unas innovaciones producidas en complicidad de tutores y estudiantes.
Se trataría, entonces,  de un acontecimiento de estar juntos y de una ingeniería del tejido social, en este caso del tejido educativo. El módulo, la virtualización del módulo, se refreiría a unas condiciones de posibilidad para que el encuentro sea posible. Condiciones en términos de tensiones, condiciones en términos de intenciones, condiciones en términos de problemas.  (Ver más sobre esto en el enlace).
El módulo seria las estrategias intencionalmente organizadas para producir encuentros de formación. Existirán materiales de apoyo, se identificarán modos como nos encontraremos,  se evaluaría resultados obtenidos; pero el modulo sería la suma de todos ellos.

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